Un parto en casa

Para nuestra familia y la mayoría de nuestros amigos la idea de parir en casa puede parecer una locura, así que decidimos compartir nuestra decisión solo con algunos de ellos. Cuando estás embarazada se despiertan miedos que antes no tenías y saber que vas a parir produce una sensación de emoción y nervio a la vez. Para mí era suficiente lidiar con mis propios miedos y no sentía la energía para lidiar con los de otras personas.
 
Cuando llegó el momento, hablamos con la partera y nos dijo que estaría con nosotros en un par de horas. Es difícil explicar la sensación de las contracciones ¿Has visto los rayos eléctricos en el cielo? para mí era algo así como tener esos rayos eléctricos en la panza, la intensidad y frecuencia incrementaban conforme avanzaba el trabajo de parto.
 
A las 5pm llegó la partera yo tenía 6 cm de dilatación, llenamos la alberca inflable y el agua tibia me relajó. A las 6pm tenia 7cm, lo cual quería decir que iniciaba el “trabajo de parto activo” Yo empezaba a moverme de un lugar a otro, el único lugar en el que podía estar más de cinco minutos era el inodoro. 
 
Cuatro horas después “sin ningún progreso“ yo estaba desesperada, yo quería tener a mi bebe en mis brazos y también sentía algo de presión por parte de mi partera. Ella me sugirió hacer unos sonidos que por más que lo intentaba no lograba hacerlos, hasta que después de varios intentos y varias horas, ella nos pidió acostarnos y tratar de descansar.
 
Ella y su asistente se acostaron en la sala, yo no logré acostarme por mucho tiempo, regresé al inodoro y Jacob comenzó a llenar la tina con agua tibia, al momento que entré en la tina cerré los ojos y dejé de escuchar o hablar, algo así como cuando estás en un sueño profundo y escuchas voces o sonidos que hay a tu alrededor pero los percibes lejos. Así pasó más de una hora hasta que escuché a Jacob decir “¡Espera! creo que ví la cabeza” yo respiré para hacer una pausa y continué enfocada en mi respiración y un par de minutos después nacío Luz.
 
Luz nació en agua, con los ojitos abiertos, Jacob la recibió con sus brazos, la levantó, se miraron a los ojos y le dijo en inglés “welcome” (bienvenidx en español). Mientras yo continuaba con los ojos cerrados y expulsaba la placenta. Inmediatamente después colocaron a mi bebe en mi pecho y nos miramos por primera vez a los ojos.
 
La experiencia no había sido como nosotros lo habíamos imaginado, creo que Jacob tenía la idea de estar abrazados durante el trabajo de parto, pero yo no toleraba que me tocaran. Me parece que para las parejas puede ser difícil darse cuenta que su participación es más pasiva, el parto es un trabajo de mamá y bebé, el resto de los acompañantes están ahí como testigos ó para auxiliar en caso de ser necesario.

La sensación de poder parir es inexplicable, es lo más vulnerable que he vivido, te rindes y te entregas por completo a la sabiduría que hay en tu cuerpo, es una sabiduría que no la puedes encontrar en los libros pero está dentro de tí y de tu bebé.

He decidido compartir esta historia con la esperanza de animar a otras mamás a compartir su historia y normalizar la individualidad del parto, porque no existe la manera correcta de parir, esta es mi historia y es tan válida como la tuya, la de tu mamá y tus abuelas.

Ahora cuéntame,
¿Cómo ha sido tu experiencia al parir?

Me encantaría escuchar tus reflexiones, dudas y comentarios. 

Paulina Lua.